Pequeños detalles.

¿Sabes? Tienes seis sonrisas diferenntes. Una cuando algo te provoca risa de verdad. Otra diferente si te ries por cortesía. Tienes otra cuando haces planes. Otra cuando te ríes de ti misma. Otra cuando estás incómoda. Y otra...otra cuando hablas de tus amigos.

Próximamente en cines.

Es como una película. Lo nuestro, digo. Chico conoce a chica, haban, ríen, se gustan, se besan. Hasta ahí todo perfecto. Pero no es como una película de las de Oscar y éxito taquillero. Es más bien del montón, de domingo por la tarde, de las que desde el primer minuto se sabe el final. Y tú y yo sabemos el final, lo hemos adivinado hace mucho. Y no nos gusta, a mí no me gusta. Pero cuando vemos una película un domingo por la tarde, aunque no nos guste, aunque sepamos el final, aunque haya canales que nos gusten más; seguimos ahí, plantados frente a la pantalla sólo porque no hay nada mejor que hacer.
Pero llegará el domingo en que sí tenga planes, que no me apetezca ver la tele o que cambie de canal.

Amanecer charlando con cara de locos.

Saltar en los charcos. Bufandas XXL. Mantita sofá y película. Dos pares de calcetines. Muñecos de nieve. Navidad. Anuncios de colonias. Frrrrrrrrrío. Más frió. Aglomeraciones en los radiadores de clase. Echar el aliento como si fumaras. Que anochezca a las 6 de la tarde. Guantesssss. Gorrossss. El calorcito al entrar en casa. El frío en la cara al salir del portal. Dormir con el edredón por las orejas.
En fin, que si, que el verano mola, calor sol y a disfrutar. Pero a veces el invierno, largo frío y aburrido...tabién puede ser especial.

Hasta el infinito y más allá.

Y mucho más. Mucho más lejos. En cualquier parte, en cualquier situación. Una letra, una maldita letra, que no te dejará en paz. Supongo que será por obsesión o algo parecido, lo piensas, lo recuerdas, la letrita por aquí, por allá, en un cartel gigante, en la ortografía de tu libro de lengua, en boca de un niño pequeño, en fin, está ahí, sin más.
Pero vamos, que la Jota no tiene nada de malo. Jazmín, jazz, jaleo, joyas, jugar. Solo tienes que buscarle el lado bueno a la asquerosa letrita. Y lo tiene. Llamadas por la tarde, bromas en el recreo, tardes en un portal, o hablando por el tuenti, toques por la noche. Aunque al final solemos quedarnos con lo malo, sobretodo mi muygranamiga Pame y yo.
Y que si algo es verdad es que de los errores se aprende, que un clavo saca otro clavo, y que al mal tiempo buena cara. ¿Que de veintisiete letras del abecedario siempre tropezamos con la misma? Pues mala suerte, a la vigesimotercera ya aprenderemos, si eso ;)